Trabajé en una empresa consultora siete años. Aunque mi labor fue la de formar, asesorar y acompañar en el ámbito del desarrollo de personas, allí desarrollé por fuerza todo mi talante gestor. Los consultores imputábamos rigurosamente nuestras horas trabajadas a un proyecto o a un cliente. Todo tenía una planificación de tiempos y recursos. Cada mes se enviaba la previsión de ventas, la previsión de fin de proyecto, la previsión de facturación. Previsiones y previsiones, todas basadas en una realidad continuista con un mes siguiente similar al anterior.

Llegó la crisis económica y seguimos haciendo previsiones que siguieron funcionando. Tal vez entonces funcionaron porque en realidad la crisis económica de 2008 con su drástica caída de ventas y los posteriores cierres de empresas fue una situación predecible. La anterior crisis económica supuso más de 7 años de sacudidas rápidas, como las de un toro mecánico. Recuerdo haber subido de niña alguna vez a aquella atracción en las ferias. En realidad subías sabiendo lo que iba a suceder. La incógnita era saber cuánto durarías. Con la mitad de los clientes quebrados y la otra mitad en shock, de aquella empresa consultora en la que trabajé fuimos saliendo todos en sacudidas…

Transitamos una nueva crisis, esta vez mundial. Una crisis sanitaria y económica ha llegado de imprevisto, con un origen totalmente inesperado. De vez en cuando sucede. ¿Recuerdas la crisis provocada por la erupción de aquel impronunciable volcán islandés?, ¿y la derivada de la caída de las torres gemelas o la relacionada con la quiebra de Lehman Brothers? Sacudidas imprevistas a nuestro mundo de previsiones.

En esta era compleja e incierta, las previsiones en base a reportes y tendencias están resultando bastante falsas. Emergen con fuerza dos nuevas claves para preservar la supervivencia de la organización en nuestra sociedad inestable:

  • Jugar más a imaginar lo inesperado.

Necesitamos agitar nuestra creatividad para visualizar escenarios desconocidos. ¿Qué eventos, aunque parezcan locos, podrían suceder en el futuro? Necesitamos ampliar nuestra mirada más allá de las previsiones continuistas para implementar cambios y múltiples anclajes.

  • Rediseñar estructuras flexibles.

Esta crisis nos enseña que aún más importante que imaginar el futuro es aligerar nuestras estructuras y diseñar estrategias flexibles; PLAN – DO -PLAN -DO, estrategias ágiles, acciones inmediatas.

 

Con la crisis sanitaria aún sacudiendo con fuerza y la económica comenzando a agitarnos, es momento de comenzar a rediseñar estrategias y subir al toro con imaginación y ligereza, asumiendo que parte del juego puedan ser estas propias sacudidas.